¿Cómo es una relación sana?
- Aya Contigo
- 2 jun
- 4 Min. de lectura

No se trata de una selfie juntos ni de hacerse oficial en Instagram. Una relación sana se basa en la igualdad. Se trata de dos o más individuos que se unen como iguales, respetando la autonomía, los sueños y los límites de la otra persona.
Y esto no está muy extendido, por desgracia. El amor romántico y los rasgos tóxicos en las relaciones se han idealizado durante siglos, sentando las bases para generaciones de personas enredadas en comportamientos abusivos, violencia y patrones y vínculos insanos que les dejaban sintiéndose destrozados, perdidos o vacíos.
Por eso es tan importante aprender a detectar estos comportamientos nocivos y crear relaciones más satisfactorias y gratificantes.
Una relación sana implica cuidado, respeto y decisiones informadas sobre tu cuerpo y tu salud. Aya Contigo es tu compañera virtual, diseñada para apoyar tus necesidades de salud sexual y reproductiva. Descárgatela aquí:
Consejos para un amor más saludable
Poder compartido: las decisiones se toman juntos, teniendo en cuenta los sentimientos y necesidades de todos. Tu voz cuenta, la de tu pareja también, y ambos tienen derecho a ser escuchados y valorados.
Respeto mutuo (no negociable): respeto por quién eres, tus opiniones, tu espacio y tus elecciones. Esto incluye respetar tu pasado, tu presente y tus objetivos futuros. Los desacuerdos ocurren, pero se tratan con respeto, no a gritos.
Celebrar la individualidad: una relación sana no significa perderte en ella. Debes sentirte animada a perseguir tus pasiones, mantener tus amistades y ser exactamente quien eres. Tu pareja es tu mayor animadora, ¡y tú la suya!
Derechos sexuales y reproductivos en una relación sana

Tus derechos sexuales y reproductivos se refieren a tu capacidad para tomar decisiones sobre tu propio cuerpo y tu salud reproductiva, sin coacción, discriminación ni violencia. Aquí puedes obtener una excelente guía de Chayn para que puedas reconocer las señales de manipulación.
Consentimiento, siempre: esta es la regla de oro. El consentimiento no es sólo la ausencia de un "no". Es un "sí" activo y entusiasta. Debe darse libremente, con conocimiento de causa, y puede retirarse en cualquier momento. Sin presiones, sin culpabilizar, sin suposiciones.
Comunicación abierta sobre sexo y salud: hablar sobre sexo, anticoncepción, ITS y tus objetivos de salud reproductiva debe ser una conversación cómoda y continua. Debes sentirte seguro para hablar de tus deseos, tus preocupaciones y tus límites sin avergonzarte ni juzgarte.
Apoyo a tus decisiones sobre salud: tu pareja debe apoyar tus decisiones sobre salud sexual y reproductiva, ya sea sobre el uso de anticonceptivos, el embarazo o la atención sanitaria.
Respetar los límites en torno al sexo y el afecto: tú decides con qué te sientes cómoda, física y emocionalmente. Una pareja sana respeta siempre esos límites.
La comunicación es clave; las relaciones sanas prosperan con un diálogo abierto, honesto y amable. Esto implica escuchar activamente, expresar con claridad tus necesidades y sentimientos, y gestionar los conflictos de forma constructiva hablando de los desacuerdos respetuosamente para encontrar juntos entendimiento y soluciones, en lugar de limitarse a luchar para ganar.
Detecta las señales de alarma
Tan importante como saber cómo es una relación sana es ser capaz de detectar las señales de que algo no va bien. Presta atención a:
Control y celos: ¿Trata tu pareja de controlar a quién ves, lo que haces o lo que vistes? Los celos excesivos y la posesividad no son signos de amor.
No respetar tus límites o tu consentimiento: si tu pareja no respeta tu "no" o intenta presionarte para que hagas algo con lo que no te sientes cómoda, eso no está bien.
Menospreciarte o faltarte al respeto: ¿Se burla de ti, menosprecian tus ideas o te hacen sentir pequeño? Una pareja debe levantarte, no derribarte.
Aislamiento: ¿Intenta distanciarte de tus amigos y familiares? Las relaciones sanas mejoran tu vida, no la empequeñecen.
Estos son signos de una dinámica abusiva. Detectar la violencia doméstica significa comprender que se trata de un patrón de comportamiento utilizado para obtener o mantener el poder y el control sobre la pareja, que va mucho más allá del daño físico.
Está atenta a indicadores como el aislamiento de amigos y familiares, la crítica y degradación constantes, las amenazas, la manipulación, los celos excesivos, el control sobre las finanzas o cualquier signo de miedo y coacción. Reconocer estas señales de alarma es un paso fundamental para buscar ayuda o apoyar a alguien que sufre malos tratos.
Si crees que tú o alguien que conoces puede ser objeto de violencia doméstica, puedes encontrar ayuda y recursos en inglés y español.
Construir relaciones sanas
Ninguna relación es perfecta; se trata de aprender y crecer. Construir relaciones sanas requiere esfuerzo, comunicación y el compromiso de tratarse mutuamente con respeto e igualdad.
Entender cómo es una relación sana, sobre todo desde el punto de vista de tus derechos y tu autonomía, te capacitará para establecer relaciones que no solo te satisfagan, sino que también te apoyen en lo que eres.
En Aya Contigo, estamos para apoyarte en tus decisiones sexuales y reproductivas.
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