Es una realidad que las juventudes tienen embarazos a temprana edad y también lo es que tienen abortos. Lamentablemente, encontrar información segura y confiable para tomar estas decisiones no es tan común, debido a la falta de educación sexual. En mi experiencia como activista por los derechos sexuales y reproductivos, las juventudes encuentran grandes dificultades para ejercer su derecho a decidir sobre su propio cuerpo y ejercer una sexualidad segura, placentera y responsable.
Una de estas dificultades es el poco acceso a educación integral en sexualidad, inclusiva y adaptada a las necesidades de las juventudes. Según el último reporte de Unesco, en una encuesta en línea realizada en 2019 por más de 1,400 jóvenes (de 15 a 24 años) de 27 países reflexionaron sobre su experiencia en materia de educación en sexualidad. 1 de cada 3 ( aprox. 28%) consideró que había recibido en la escuela una educación en sexualidad muy buena o bastante buena. Las juventudes con discapacidad y quienes se identificaban como lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) sentían menos satisfacción que sus pares cisgénero y heterosexuales con la educación que habían recibido.
La educación sexual fuera del pensum escolar
Si se trata de aborto, nos encontramos con una realidad bastante dificil. Si regularmente no existe una educación sexual completa, mucho menos se encuentra información sobre la interrupción voluntaria del embarazo en el currículum escolar. Esto denota que hay un fuerte estigma cuando se relaciona el aborto con las juventudes. Según el mismo reporte de la Unesco, el aborto es el tema menos incluido en el pensun escolar estando alrededor de solo un 12 y 15% en todos los paises estudiados.
Sin embargo, que no exista información clara sobre el aborto no evita que estos ocurran, ni que las juventudes no decidan abortar. Por el contrario, es más probable que lo realicen en condiciones de alto riesgo, en clandestinidad, y en la mayoría de los casos, sin ningún tipo de apoyo confiable. De acuerdo con el informe de 2019 de la ONG Mujeres al Límite, por cada 3 partos atendidos en los hospitales venezolanos, hay un caso de aborto iniciado de manera clandestina e insegura, siendo aproximadamente 15 diarios, de los cuales un tercio son menores de 12 años.
Lucha por el derecho a decidir
Debido a que el aborto es ilegal en Venezuela, muchas adolescentes se ven obligadas a optar por opciones de interrupción inseguras, poniendo en riesgo sus vidas. Quienes deciden a llevar a término los embarazos no deseados, dejan de lado sus proyectos personales, en muchas ocasiones quedando rezagadas en las labores de cuidado y sostenimiento de la vida.
Es por eso que un enfoque y perspectiva juvenil es sumamente necesario para hablar de aborto, crear políticas públicas y trabajar por la despenalización y legalización. En ese mismo sentido es interesante también observar cómo en los movimientos sociales por la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo hay una gran presencia de juventudes encabezando las campañas, las salidas a las marchas e intervenciones artísticas. Esto nos muestra que las juventudes tienen mucho que dar a esta lucha por el derecho a decidir.
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